No se puede entender nuestra profesión como un ejercicio de ensimismamiento. Al igual que en cualquier otro oficio, la relación con el cliente es clave; se trata de un trabajo bidireccional y, en última instancia, de un servicio a un tercero. Hay que atender los deseos del cliente, hacer un proyección espacial de su personalidad. No es la primera vez que insistimos sobre este punto.

En nuestro último proyecto tuvimos la suerte de encontrar dos almas para las que construir su hogar no era una cuestión baladí. Partían de una idea clara: el deseo de vivir en una casa contemporánea junto a sus hijos para hacer vida en familia. Lo poco común es que este planteamiento tenía un desarrollo a nivel de detalle. Así, en el área social querían que los espacios fluyeran y deseaban, ya a un nivel puramente estético, una escalera escultural que uniera las dos plantas. Un ejercicio de estilo que marca, precisamente, su personalidad. Se trata de eso.

El proyecto llevó tiempo. Solo la fase de ideas, semanas. Pero eso hizo que no se dieran pasos en falso. Es una forma de trabajar muy oriental, que nos gusta especialmente, porque la fase de ejecución transcurre como la seda, mientras que si se improvisa, la obra puede convertirse en una auténtica pesadilla.

El resultado es una vivienda de 670 m2 ubicada en la urbanización de la Bilbaína, cercana a Bilbao. Consiste en dos prismas apoyados en el suelo y otro perpendicular que descansa sobre aquellos. Con esta volumetría se consigue que aumente la superficie de la fachada orientada al sur. Allí es donde se vuelcan todos los espacios nobles de la vivienda. Al sobresalir, estos volúmenes dividen y delimitan los espacios exteriores creando diferentes ambientes: un jardín vegetal, otro con plantas aromáticas y una plaza.

Alrededor de la plaza, en la planta baja, se encuentran el salón, la sala de juegos infantil y el comedor, abierto a la cocina. Todos estos espacios tienen una comunicación visual, con lo cual se obtiene esa mencionada conexión familiar. El salón y la biblioteca tienen doble orientación: al jardín aromático, como el resto, y al jardín vegetal. En la fachada orientada al oeste se sitúa el porche, que comparte la chimenea a doble cara con el salón.

A la planta primera, dónde están los dormitorios, se accede por una escalera helicoidal donde se ha creado un espacio a doble altura que da luz a todo el volumen. En el sótano se localizan las zonas de servicio y se ha habilitado una zona de gimnasio que recibe luz natural a través de un patio inglés.

Los materiales y acabados de esta vivienda unifamiliar son de primera calidad y dispone de los últimos adelantos en instalaciones, como suelo radiante, placas solares de producción de ACS, domótica y seguridad anti-intrusión. Las fachadas y solados son de piedra caliza y la carpintería de aluminio incorpora vidrios de seguridad aislantes de protección solar. Las persianas instaladas en el área de dormitorios son motorizadas de aluminio, con lamas orientables de Gradhermetic. La iluminación la ha desarrollado Susaeta Iluminación. Los muebles de cocina son de Gunni-Trentino, al igual que los mosaicos y aparatos de los baños. En el vestidor de la habitación principal se ha instalado un lucernario de Laminux. En la zona de dormitorios, las puertas de suelo a techo que se funden con los paramentos son el modelo Ego Kuadra, de Krona. Joxsystem es el responsable de toda la domótica de la casa y Nayer Decoración, del mobiliario de las habitaciones y de los armarios empotrados. La constructora es Construcciones Eginetxe.

Fotos: Joseba Bengoetxea