Nuestra primera vez
Mi primer trabajo tras acabar la carrera no rezumó mucho glamour que se diga. Fue de delineante en una ingeniería, en Bilbao. Pero tuve un gran golpe de suerte: me cayó una casa encima. Me explico. Un ingeniero vinculado a la empresa le pidió a esta que le construyera una vivienda en la urbanización El abanico de Plentzia (Vizcaya), y como el único arquitecto que había por ahí era yo, me lo encasquetaron. En esa empresa lo que se llevaban eran los mega-proyectos y este se les quedaba pequeño; a mí, todo lo contrario. No podía estar más asustado y… feliz. Leer más