La luz inunda el ático
En fechas recientes hemos acabado en Santa María de Getxo (Vizcaya) el proyecto que ya anunciamos en este blog La Casa de la Pradera II. Dos de sus viviendas son bajos con jardín, mientras que la tercera recorre ambas por el ático. En esta última, además, nos hemos implicado en su interiorismo por expreso deseo de sus clientes.
Como siempre ocurre al afrontar un encargo de diseño interior, lo importante es saber cómo se va a vivir y, en este caso, los dueños fueron claros en sus objetivos. Así, las formas, texturas y sensaciones de la casa han logrado adaptarse al día a día imaginado en la nueva residencia.
Se querían unas habitaciones diáfanas donde entrara mucha luz y se encontrara un generoso espacio para los libros que con los años de lectura se han ido recopilando. Al ser un ático, se ha podido plantear un gran espacio bajo una cubierta a dos aguas. La propia cumbrera hace de eje de toda la vivienda, consiguiendo que desde un extremo se vea el otro y, por tanto, se obtenga una gran riqueza de perspectivas visuales.
El estudio de iluminación y los materiales también han buscado la integración armoniosa del conjunto. Suelos de madera de roble recorren todo el piso, material que se prolonga en mesas de sencillez natural, de Ethnicraft, y mobiliario aportado por los propios clientes. El color amarillo pespuntea en piezas como las butacas de Marina Diseño, la fotografía comprada en la galería de venta on line Lumas o las tapicerías y en las telas de Gastón y Daniela. En el exterior, las carpinterías son de Technal y los mecanismos, de BTicino. La obra del edificio se ha llevado a cabo de la mano del grupo Anasagasti.
Fotos: Elker Azqueta