El museo del futuro
La vieja galería donde se expone la colección de cuadros del rey es hoy mucho más que eso. Los museos han evolucionado en múltiples direcciones. Pueden ser una ventana a la modernidad, una desprejuiciada mirada al pasado, un espacio desnudo para la nueva creación [en la foto, espacio C4 de Nieto y Sobejano) y también, claro, el capricho vacuo de un político que quiere otro guggenheim en su ciudad (maldito Ghery, si no fuera por su grandísima calidad como arquitecto y lo bien que le salió en Bilbao…).
En los museos todo está en cuestión, desde la mirada cronológica a las obras hasta la definición misma de lo que es arte. Así, toca construir espacios orgánicos, que puedan mutar en tamaño y aspecto en función de los vaivenes que puedan sufrir las colecciones o la llegada de rompedoras exposiciones temporales. Aunque, a veces, hasta funciona que sea la obra artística la que tenga que adaptarse a la arquitectura. En la sala de Turbinas de la Tate Modern es una fórmula de muchísimo éxito, donde se pide al artista que interprete el lugar. En todo caso, lo importante es jugar y experimentar, que el visitante lo viva y que arquitecto ycurator se entiendan, y no digamos ya la administración con todos ellos.
En España estamos de enhorabuena, porque en los últimos años han surgido estudios que se podrían considerar expertos en construir museos, da igual la escala de la que se trate. Entre todos ellos destacan Nieto y Sobejano por la enorme calidad y cantidad de sus proyectos. Suman hasta ocho: Moritzburg, Nacional de Escultura, Medina Azahara, San Telmo, de Historia en Lugo, C4, Graz y Castillo de la Luz.
BIG
Museo Marítimo Nacional Danés, Helsingor (Dinamarca)
Llevándolo bajo tierra encontró su hueco este museo vecino de imponentes edificios como un castillo y un centro cultural de vanguardia. Al ocupar el espacio de un viejo dique seco y cruzarlo en zigzag mediante pasarelas, que son en sí mismas puente y salas expositivas, el visitante experimenta las dimensiones reales de un barco. Los muros originales se han dejado como estaban en acertado contraste con nuevos materiales como el acero y el aluminio.
HERZOG & DE MERUON
Perez Art Museum (PAMM), Miami (EEUU)
Sin casi darse cuenta, Miami se ha convertido en una meca artística, a cuya amplia oferta cultural se suma ahora este museo público que lleva el nombre de su mayor contribuyente, el promotor de origen cubano Jorge Pérez. Se trata de un edificio adaptado al lugar: la gran cubierta protege del sol, los amplios ventanales observan Miami Beach y la primera planta se eleva ligeramente en previsión de inundaciones.
CRUZ Y ORTIZ
Rijks Museum, Amsterdam (Holanda)
La minuciosa rehabilitación del colosal Rijksmuseum por parte del estudio español Cruz y Ortiz consistió en despojarlo de elementos añadidos para devolverle la amplitud que tenía al construirse, en el siglo XIX, y así poder darle un uso moderno. Los techos se han devuelto a su altura y unos patios recuperados a la luz natural se unen a través de un atrio subterráneo. También incorpora nuevos elementos, como la magnífica zona de entrada, preparada para la masiva llegada de visitantes, y el pabellón asiático, cuyos cortes geométricos se enfrentan sin pudor al ladrillo rojo.
JUAN PABLO RODRÍGUEZ FRADE
Museo Arqueológico Nacional, Madrid
Después de pasar dos años y medio cerrado por reformas –que, en realidad, duraron seis–, la expectación por ver cómo había quedado el museo de Historia de España era muy grande. Lo que nos hemos encontrado es un edificio actualizado que no enmascara su origen y potencia su valor comunicativo. Sus dos grandes patios se vuelven a cubrir con un cristal translúcido para exponer allí piezas de gran formato y, a su alrededor, se despliegan las galerías expositivas. En total, la superficie museística se amplía de los 7.000 a los 10.000 metros cuadrados, exhibiendo una arquitectura sobria para resaltar la nobleza del edificio y de la propia institución, así como para dejar que la colección arqueológica –que comprende 13.000 piezas desde la Prehistoria hasta el siglo XIX–, pueda hablar por sí sola. Ahora, el público tiene espacio libre para contemplarla en calma. El propio Juan Pablo Rodriguez Frade, autor de la obra, resalta que su mayor reto ha sido “conseguir que el museo tenga una lectura natural y que no se vea nada forzado”.
NIETO SOBEJANO
Espacio Andaluz de Creación Contemporánea (C4), Córdoba
El pique entre el ayuntamiento de Córdoba y la Junta, que ha tenido paralizado el C4, no le quita mérito a este edificio que está pensado para que artistas invitados creen piezas adaptadas al lugar, comúnmente llamadas site specific. El estudio más prolífico diseñando museos –también acaban de inaugurar el Castillo de la Luz en Las Palmas de Gran Canarias con la colección de Martín Chirino– plantea con imaginación una mirada al pasado con soluciones hexagonales en alusión a la estética geométrica andalusí. De esa original fachada está previsto que se emitan luces led para crear composiciones lumínicas de gran impacto y poesía. Lo veremos cuando vuelva a activarse el proyecto.
DAVID CHIPPERFIELD
Museo Júmex, México DF 450
Justo enfrente del museo Soumaya de Carlos Slim, el magnate mexicano Eugenio López Alonso encargó a Chipperfield un edificio donde guardar su colección, una de las más importantes de Lationoamérica, que incluye obras de Jeff Koons, Andreas Gursky y Gabriel Orozco. Envuelto en mármol travertino, el edificio es casi un monolito cuyo techo escalonado aprovecha la luz natural para iluminar las piezas. Su aparente hermetismo ejerce una inmediata calma en medio de un entorno caótico.
RAFAEL MONEO
Museo Universidad de Navarra, Pamplona
El pequeño museo concebido para albergar la colección de María Josefa Huarte, una de la más relevantes de España en manos privadas –Tàpies, Oteiza, Rothko, Picasso…–, se ha convertido en un centro cultural que incorpora las artes escénicas a su programa. Lo que se mantiene es su integración discreta en el campus y sus jardines. Abstracto en su aspecto figurativo, el edifico trata de armonizar la relación entre urbe y paisaje, que tan bien dialogan en muchas partes de la capital de Navarra. “Cultura urbana y naturaleza no están reñidas», asegura el arquitecto de Tudela.