Con el debido respeto
La muerte tuvo una importancia vital en el desarrollo de la arquitectura. Algunos de los principales monumentos de la antigüedad son, precisamente, aquellos que sirven de escenario a los ritos funerarios. Es el caso de los dólmenes megalíticos o las pirámides egipcias.
Sin embargo, hoy día existe una cultura de negación de la muerte y hasta una vulgarización de la misma. Quizá por ello muchos tanatorios son espacios tristes y apagados que no se ponen a la altura del momento.
Queriendo revertir esta tendencia, el estudio Foraster ha levantado en el barrio bilbaíno de Bolueta, junto a la constructora Menchaca y Linaza, el tanatorio Nuestra Señora de Begoña, de la funeraria del mismo nombre. Con una larga implantación en el territorio nacional, esta empresa integrada en el grupo Albia el cual cuenta en el País Vasco con sedes en Vitoria-Gasteiz, Donostia, Durango y Amorebieta, entre otros municipios.
El edificio en cuestión es su mayor proyecto. De 5.000 metros cuadrados y con 14 salas de velatorio, en él se despide a los seres más queridos en un entorno digno. La entrada es a través de un muro cortina curvado; esto es, una fachada acristalada que irradia de luz las salas. El diseño es de Technal, y de su instalación se ha encargado Lanleku.
Ya en el interior, da la bienvenida un cuidado jardín diseñado por el paisajista Luis González Camino, de Camino Paisajistas, que se nutre de esta profusión lumínica.
Para crear un ambiente sereno durante la estancia, cada una de las tres plantas se ha decorado en un solo color, verde, azul y naranja, que casa con el del mobiliario. De líneas modernas, está diseñado por Global Bilbao, firma responsable del acondicionamiento del museo Guggenheim y el Ayuntamiento de Bilbao, entre otros trabajos. En la capilla también se invita al recogimiento gracias a un cuidado juego de luces, que llegan de manera indirecta, y al empleo de materiales nobles como el mármol y la madera.